domingo, 23 de marzo de 2008

¿Qué ocurre con IU?

Ricardo J.Royo-Villanova, autor del blog asueldodemoscu.net hace hoy en su bitácora una descripción interesante del funciona interno de IU como explicación a la situación en la que se encuentra la coalición. Centra el problema en la falta de debate y de democracia interna, y asegura que la militancia no cuenta, en la realidad, prácticamente nada.
Dice Ricardo, uno de los impulsores principales de la blogsfera de IU, que en las asambleas de base los militantes discuten documentos y programas, preparan enmiendas, resoluciones y documentos y envían a la asamblea regional o a la federal a sus delegados para que hablen de política real, pero en cuanto éstos entran en la sede en que la que se celebra la asamblea, son ubicados por unos o por otros en una o en otra corriente, en una u otra sensibilidad. Desde el momento en que atraviesan la puerta del salón plenario, se olvidan las enmiendas y de los documentos que tanto se discutieron en la asamblea local y empieza una lucha absurda, pero que preocupa mucho a todos los presentes, por recoger firmas para avalar tal o cual candidatura, por atraerse a delegados indecisos; y empiezan también el pasilleo y las reuniones de mesa camilla entre el los cabezas visibles de las corrientes, que son los que al final deciden el desenlace de la asamblea, en función de los apoyos que traen de serie entre los delegados y los que han podido reclutar pasilleando... en definitiva, empieza el baile de corrientes que, en realidad tiene por objeto renovar los órganos, elegir al consejo político, al coordinador, al candidato...
El programa político, los documentos que contienen nuestras posiciones, nuestras famosas políticas a favor de los más débiles, de los que sufren el empleo precario, de quienes no pueden acceder a una vivienda digna, de los inmigrantes y de los desfavorecidos, se debaten en tristes comisiones a las que asisten muy pocos delegados -salvo cuando hay una enmienda estatutaria o algo que realmente ponga en cuestión el poder político dentro de IU- o en las resoluciones finales, que se pasan a votación, con tono cansino, desde la mesa de la asamblea, y con el gesto torcido del dirigente que tiene que dejar que se explayen los militantes pidiendo el fin de la dictadura en tal o cual país o la autodeterminación para Cartagena... Nuestro mensaje político, nuestro discurso y nuestras posiciones ante los problemas de la sociedad son algo absolutamente secundario en nuestras agitadas asambleas.
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