lunes, 26 de mayo de 2008

Cuando Juan José Millás perrea

Alejandro Zaldivar es editor de Imagina
En este entorno de bazofia del conocimiento que nos toca vivir, hay algo que encuentro especialmente insoportable y es cuando la gente de las letras, el arte y el pensamiento sale burócrata, oficialista y bufón de la corte. Y, sobre todo, cuando pretende dar lecciones.
El funcionario Juan José Millás, -a quien nadie niega su destreza literaria, reconocida y apreciada-, se ha despachado a gusto en un artículo en el que se burla de uno de los manifiestos que circula en la órbita de IU, en concreto, el presentado por Llamazares hace unos días en Madrid. Pero de quien de verdad se mofa es de los hombres y mujeres de Izquierda Unida, en su conjunto.
El funcionario Millás, poco tiene de que burlarse en términos políticos después de haber escrito el vergonzoso y vergonzante panegírico de Zapatero en un empalagoso e interminable reportaje, publicado en la empresa que le paga, Prisa.
El funcionario Millás, bastardea con frecuencia su obra literaria a través de artículos contra las izquierdas disidentes del social liberalismo y me vienen a la cabeza los ataques despiadadas contra Hugo Chávez, en otro artículo, pleno de falsedades y escarnio, publicado en la empresa que le paga, Prisa.
El funcionario Millás es un arquetipo que pervive y sobrevive en un mundo de monopolios culturales y que recibe múltiples lisonjas y galardones, como el Planeta, uno de esos premios que se encargan directamente a escritores cuya resonancia mediática puede garantizar el aumento en el número de las ventas.
El funcionario Millás es un altavoz parlanchín de un gobierno y de un partido que, precisamente, no se distingue por el exceso de materia gris en sus planteamientos políticos, reducidos al marketing y los sondeos de opinión.
El funcionario Millás no sabe o no quiere saber que, precisamente, el periodo dorado de Zapatero en la pasada legislatura se distinguió por la aprobación y aplicación de leyes sociales, prácticamente todas ideadas y propuestas por esa IU de la que ahora se ríe porque en un texto reconoce que ha cometidos fallos a la hora de enviar su mensaje a la sociedad.
El funcionario Millás es de esos intelectuales orgánicos (como lo fue en el franquismo Camilo José Cela) que mantienen el tufillo a ministerio y bodeguiya, y que ya fueron fotografiados por Gramsci, quien los definió como "los apostadores del grupo dominante para el ejercicio de las funciones subalternas de la hegemonía social y del gobierno político".

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