sábado, 30 de agosto de 2008

Llamazares ofrece un plan de futuro para IU

Juanma Romero/Público
Agosto ha congelado, más de lo que se preveía, los contactos para restañar las heridas internas en Izquierda Unida. Apenas se han cruzado llamadas entre las tres grandes familias de la federación: el PCE; los afines al coordinador general, Gaspar Llamazares, y los miembros del centro (la tercera vía o Nacional II).
De modo que en septiembre, IU ingresa en una “fase decisiva”, como reconoció ayer en rueda de prensa en el Congreso el líder de la formación. Ahora, el desacuerdo total orbita sobre la aceptación de los censos de militantes y el reparto de delegados, que los gasparistas tachan de “antidemocráticos”. Ese obstáculo se abordará en las reuniones a varias bandas previstas para la semana próxima, antes de que se convoque en la primera quincena la Presidencia Ejecutiva.
Llamazares, “en calidad de coordinador y no como cabeza de una sensibilidad”, ha madurado una posible salida del atasco: que la IX Asamblea Federal, en noviembre, alumbre un “plan de acción política de futuro”, una hoja de ruta que pueda ser consensuada por todos los sectores.
Las normas por delante
Fuentes próximas al líder precisan que ese texto descansaría en dos ejes: la “línea programática, de máximos”, y la “definición de la estrategia, las alianzas y la posición en las instituciones a tres años vista”, más compleja de negociar. En plata: se busca plasmar en papel que hay un “sustrato común”, más allá de las tensiones. “Mi voluntad es facilitar el acuerdo, y por eso no me presento a la reelección”, sostuvo.
Llamazares propondrá que las tres familias de IU comiencen a esbozar los puntos clave de la hoja de ruta. Después, en la asamblea, los delegados perfilarían y aprobarían –si es posible, por aclamación– esa resolución de futuro, una fórmula nunca explorada en IU. Ahora bien, “todo dependerá de cómo se resuelva el conflicto de los censos”, matiza un dirigente gasparista. “Si no se reconducen las normas de la asamblea, nada”.
El PCE quiere ver la oferta, pero adelanta el no. “¿El que se va nos quiere decir qué debemos hacer?”, inquiere un portavoz. “Cada vez que habla de unidad, nos dividimos todos. Sigue despistando”.
En la tercera vía creen “positiva” la idea de Llamazares “siempre que no sustraiga el debate de las tres ponencias políticas y no contradiga las tesis que vote la asamblea”. Como arguye uno de sus miembros, “es un honesto intento más de llegar a la síntesis y de diseñar el futuro de IU, pero nada garantiza que ahora se haga bingo”.
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ÚLTIMA FASE
Trimestre lastrado por los censos
1. Cómo repartir delegados // Hasta que no se cierre el capítulo del cierre de censos y de reparto de los 800 delegados, la herida seguirá supurando y el camino a la asamblea se complicará. Lo que se dirime es el peso de cada familia, el retrato de la nueva IU. Si las reuniones informales no resuelven el escollo, los gasparistas forzarán una Presidencia Ejecutiva y, si hace falta, un Consejo Político. “No podemos dar por buena la ilegalidad”, alegan. Un dirigente de la tercera vía añade con ironía que “los censos saldrán, de buen o mal rollo”.
2. Dos estatutos y tres ponencias // También se prevé ardua la discusión de las dos propuestas de estatutos y, sobre todo, de las tres ponencias políticas (de PCE, Nacional II y gasparistas) que discutirán primero las federaciones y luego la asamblea. Se añade el debate del informe de gestión que presente Llamazares. La hoja de ruta ofertada ayer sería el tercer elemento sobre la mesa. Esta busca “no contradecir” las tesis votadas por el plenario y

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