martes, 29 de abril de 2008

La cosa queda entre moluscos

Dijo el otro día Gaspar que nuestros concejales en Arrasate tienen la sensibilidad de una almeja. En algún otro lado he oído que solo se refería a la concejala que votó en contra de la llamada "moción ética", que para colmo es militante de Zutik, con lo que lo referido a lo disciplinario tiene poco sentido. El caso es que las declaraciones fueron especialmente duras, como no se recuerdan. Llegué a leer, no sé si producto de las prisas de algún redactor de edición digital (ya que ahora no lo encuentro), que "quien no condena la violencia está fuera de IU". Confío en que fuera mala transcripción de becario, porque narices tendría decir eso de Ander y Joseba.
Yo, sinceramente, no tengo nada claro lo que deberían haber hecho ante la situación que se les planteaba. Evidentemente, es indecente que el grupo mayoritario no sea capaz de repudiar el asesinato de un convecino, de un compañero de Pleno hasta hace poco, de un currante. A la vista de todos ha quedado, y solo las personas más cerradas de mente podrán pensar que los más de 3.000 votantes de ANV son insensibles a eso. Pero tengo muchas dudas, y no es una fórmula retórica, acerca de si el terrorismo debe condicionar todos y cada uno de los ámbitos de la política vasca. Es decir: ¿la acción criminal de ETA obliga a la excepcionalidad de gobiernos municipales sin programa y sin más unión que el rechazo a la violencia? O, mejor dicho: ¿los habitantes de los municipios vascos deben tener su vida y su representación sometida exclusivamente a esos parámetros? ¿No es, en cierto modo, una victoria de ETA? La representación en Arrasate es ciertamente plural, y el gobierno municipal de lo cotidiano (el urbanismo, la acción social, los servicios públicos) sería ciertamente complicado sobre la base de un acuerdo de ese estilo. ¿Debe ponerse en segundo plano respecto a un rechazo a la actitud cínica de ANV? No lo tengo nada claro, en serio.

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