En el negro túnel de la crisis en que está sumida la izquierda transformadora e IU, aparecen algunos puntos de luz. Como tres lucecitas en forma de manifiestos de propuestas políticas.
Es de agradecer estas iniciativas políticas, pues el millón de votantes y la afiliación de IU han de conocer, debatir en un cónclave democrático, aportar sus propuestas, y decidir.
¿Qué significan?
En primer lugar que hay diferentes propuestas políticas para la izquierda transformadora desde el mundo IU. Es decir hay vida y pluralidad. Hay voluntad y necesidad política de rehabilitar a fondo el proyecto de movimiento político y social, su incidencia en la sociedad, su utilidad específica para la gente y población trabajadora.
Hay una conciencia suficiente de que un estallido que conllevara la desaparición de lo que representa Izquierda Unida, sería muy perjudicial para la izquierda transformadora, para la alternativa trabajadora, anticapitalista, y para la socialista revolucionaria.
En el actual panorama político, una desaparición o disgregación de IU, como pasó con la izquierda revolucionaria en la post “transición”, beneficiaría al PSOE y a las clases dominantes, en vez de contribuir al progreso de las tendencias de la izquierda revolucionaria.
Ahora bien la voluntad política es necesaria pero no suficiente. Al no haber movilizaciones masivas, y aún pocas luchas para conseguir mejoras laborales, sindicales, sociales, o democráticas, crea un caldo de cultivo que complica y dificulta el progreso de un movimiento coherente de izquierdas. Con el agravante que en IU hay mucho temor y prejuicio a las movilizaciones que se van produciendo, y a las nuevas realidades y radicalidades de la juventud. Al haber un progresivo aislamiento de la afiliación de IU, se ha producido una mayor dependencia de las instituciones municipales y parlamentarias, lo cual fomenta una reacción inmovilista para conservar lo que se tiene.
La profusión de manifiestos aflora desacuerdos y algunos acuerdos. Diversas componentes de IU pugnan por hegemonizar al resto a través de dominar la dirección federal; incluso en algunos casos se acaricia eliminar a las demás componentes como sectores o tendencias adversarias.
Los distintos manifiestos expresan también que la dirección de IU ha quedado superada por la magnitud de la debacle, y que las direcciones de los PCs no están en condiciones política de vertebrar el proyecto de movimiento de izquierda que se necesita para la perspectiva social, de crisis económica, y política que tenemos delante.
La cuestión es si los acuerdos existentes, aún pocos, son suficientes para reconstruir la nave.
Es de agradecer estas iniciativas políticas, pues el millón de votantes y la afiliación de IU han de conocer, debatir en un cónclave democrático, aportar sus propuestas, y decidir.
¿Qué significan?
En primer lugar que hay diferentes propuestas políticas para la izquierda transformadora desde el mundo IU. Es decir hay vida y pluralidad. Hay voluntad y necesidad política de rehabilitar a fondo el proyecto de movimiento político y social, su incidencia en la sociedad, su utilidad específica para la gente y población trabajadora.
Hay una conciencia suficiente de que un estallido que conllevara la desaparición de lo que representa Izquierda Unida, sería muy perjudicial para la izquierda transformadora, para la alternativa trabajadora, anticapitalista, y para la socialista revolucionaria.
En el actual panorama político, una desaparición o disgregación de IU, como pasó con la izquierda revolucionaria en la post “transición”, beneficiaría al PSOE y a las clases dominantes, en vez de contribuir al progreso de las tendencias de la izquierda revolucionaria.
Ahora bien la voluntad política es necesaria pero no suficiente. Al no haber movilizaciones masivas, y aún pocas luchas para conseguir mejoras laborales, sindicales, sociales, o democráticas, crea un caldo de cultivo que complica y dificulta el progreso de un movimiento coherente de izquierdas. Con el agravante que en IU hay mucho temor y prejuicio a las movilizaciones que se van produciendo, y a las nuevas realidades y radicalidades de la juventud. Al haber un progresivo aislamiento de la afiliación de IU, se ha producido una mayor dependencia de las instituciones municipales y parlamentarias, lo cual fomenta una reacción inmovilista para conservar lo que se tiene.
La profusión de manifiestos aflora desacuerdos y algunos acuerdos. Diversas componentes de IU pugnan por hegemonizar al resto a través de dominar la dirección federal; incluso en algunos casos se acaricia eliminar a las demás componentes como sectores o tendencias adversarias.
Los distintos manifiestos expresan también que la dirección de IU ha quedado superada por la magnitud de la debacle, y que las direcciones de los PCs no están en condiciones política de vertebrar el proyecto de movimiento de izquierda que se necesita para la perspectiva social, de crisis económica, y política que tenemos delante.
La cuestión es si los acuerdos existentes, aún pocos, son suficientes para reconstruir la nave.
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