lunes, 1 de diciembre de 2008

La “lluvia dorada” de Carlos Fabra

Carlos Fabra forma parte de la cuarta generación de presidentes de la diputación de Castellón de su familia. Un clan que representa la más rancia tradición de caciquismo hispánico. Ni siquiera la llegada de la monarquía parlamentaria ha conseguido alejar del poder provincial a los Fabra, que tienen asegurada su supervivencia política mediante su hija Andrea que ha sido elegida senadora.
Fabra en una reunión con sus militantes ha declarado que ha comprado el número de lotería que aparece en un foto-montaje que circula por Internet y "me sacaré la pirula y mearé en la sede de Izquierda Unida si me toca", según informa el diario Levante-emv. El político del PP tiene ese tipo de “chulería”, la del señorito del pueblo que se siente protegido por sus guardaespaldas y periodistas (en el caso del miccionador tiene a su servicio guardaespaldas que actúan de periodistas y a la viceversa), también se ve amparado de hecho por jueces y fiscales que son incapaces de tramitar los múltiples sumarios en los que está encausado pero este mismo aparato judicial se muestra raudo en tramitar una querella suya contra la diputada de Esquerra Unida Marina Albiol. El dirigente conservador está imputado por nueve delitos, entre los que destacan el fraude fiscal y el tráfico de influencias, destaca también un informe de la Agencia Tributaria en el que se acusa a Fabra de defrudar 149.000 euros a Hacienda en el ejercicio fiscal de 1999. A pesar de todo ello, el jefe provincial del Partido Popular también está respaldado por sus superiores Francisco Camps y Mariano Rajoy, este último dijo a la prensa que “era un ciudadano y politico ejemplar”. De toda la vida, los señoritos del pueblo han disfrutado humillando a los más débiles, mearse en ellos forma parte del acervo de los de su clase.
Es muy poco probable que a cualquiera de nosotros nos favorezca la fortuna y nos toque la lotería (la probabilidad crece exponencialmente si eres cargo público del PP), pero en este, muy improbable, supuesto abriríamos una botella de champan o invitaríamos a cenar a nuestros familiares o amigos, pero Fabra no, lo que haría el representante de los municipios de Castellón es ir a la sede de Izquierda Unida y mear en la puerta.
Pero no pensemos mal, esta forma de celebración puede deberse a diferentes causas, quizás el Presidente de la Diputación padezca de prostata , cistitis, gonorrea o una infección de clamidias. O quizás Fabra sienta inclinación, subliminal o no, por la “lluvia dorada”.
Es cierto que en Castellón se teme y respeta a los “Fabra” es algo que ha cambiado poco en los últimos cien años, pero sus amenazas contra Esquerra Unida y en concreto contra Marina Albiol debería servir de guía a aquellos ciudadanos de Castellón que quieran romper con el régimen aristocrático de esta parte del País Valenciá.

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