jueves, 24 de abril de 2008

España: el cambio social que ya es historia


Carmen G. Hernández es coordinadora del Área de Políticas Lésbicas de la FELGTB
En el marco de una sociedad harta de la larga represión ejercida por el dictador Francisco Franco, los años 70 fueron un marco único e irrepetible, una catapulta social que lanzó a un país apolillado, como era España en esos momentos, hacia una maratón imparable de cambio constante, cuya primera meta fue poner fin a la dictadura e instaurar un sistema democrático. Fueron muchos los factores sociales, económicos y políticos que permitieron que la sociedad española cambiara de modo tan profundo, pero la cuestión clave es que las polillas han dado paso al color y la vida.
Podría describir muchas imágenes nuevas, pero destacaría tres: la presencia activa de las mujeres en el ámbito público, de día y de noche, autónomas y libres. Una conquista que aún tiene muchos pasos pendientes, pero que sin duda, ha sido fundamental para esta nueva España. Otra imagen está protagonizada por muchos hombres heterosexuales (aún una minoría) asumiendo el cuidado de la casa y de los hijos como una tarea también suya. Y, por supuesto, las imágenes que plasman los cambios que hemos vivido las personas LGTB: escuchar a un presidente decir en su acto de investidura que "ha llegado el momento de poner fin a la histórica discriminación que han sufrido las personas homosexuales y transexuales", como hizo José Luis Rodríguez Zapatero; ver a nuestros líderes recibidos en el palacio presidencial; ver a nuestros familiares heterosexuales emocionarse en nuestras bodas; ver cómo nuestros amigos y amigas transexuales por fin pueden tener un DNI que realmente refleja su identidad, al margen de unas cirugías hasta hace muy poco expresamente excluidas del catálogo de prestaciones comunes de la Seguridad Social; sentir que por fin a nivel legal, con el matrimonio civil, los derechos de nuestros hijos e hijas están cubiertos… Imágenes de felicidad, de lágrimas, de satisfacción… Imágenes que han cambiado nuestras vidas pero que al mes de ocurrir parece que siempre han estado ahí. Porque esta sociedad es una esponja que absorbe cambios con rapidez, mientras otros países con más historia democrática necesitan décadas para hacerlo.
Queda mucho camino por recorrer, no obstante. El imaginario colectivo sigue imponiendo la heterosexualidad y aunque casi el 80 por ciento de la población española asume que la homosexualidad es otra opción sexual como la heterosexualidad, aún cuesta asumirla en casa. El armario sigue siendo el espacio vital para muchos LGTB en España y la homofobia internalizada sigue estando muy presente, especialmente en el ámbito rural, aunque las cosas han cambiado mucho en ese sentido, sobre todo para los hombres gays, que cuentan con artistas, escritores, diputados, alcaldes, sacerdotes y hasta jueces visibles. Las lesbianas seguimos sin referentes públicos, y aunque las jóvenes vienen con otra mentalidad, es imprescindible que esta situación cambie: uno de los grandes retos para la FELGTB, que intentará que 2008 se convierta en el Año de la Visibilidad Lésbica en España.
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