lunes, 21 de abril de 2008

Paraguay gira a la izquierda: el ex obispo Fernando Lugo gana las elecciones

Resumen de agencias.

El triunfo de Fernando Lugo en la votación del domingo pone fin a seis décadas de gobierno unipartidista del Partido Colorado, que además fueron el sostén político de la dictadura de 35 años de Alfredo Stroessner.
Escrutado el 92 por ciento de los votos, Lugo, de la Alianza Patriótica por el Cambio (APC), obtenía el 40,8 por ciento, frente a la candidata oficialista, Blanca Ovelar, del Partido Colorado, que lograba el 30,8 por ciento. En tercer lugar figuraba el general retirado Lino Oviedo, con el 22,0.
Una vez que el Tribunal Superior de Justicia Electoral (Tsje) declaró oficialmente ganador a Lugo, se desató una fiesta popular, por parte de sus seguidores.
La gente se volcó a las calles de Asunción. Familias enteras y largas filas de automóviles circulaban por los alrededores de la Plaza de los Héroes al grito de ''se siente, se siente, Lugo presidente''.
''Esto es increíble. Con todo el poder y la plata igual perdieron. Esta vez no pudieron comprar la conciencia de la gente'', dijo a Ninfa Aguero, de 48 años, empleada de limpieza que apenas gana 180 dólares al mes.
''A Lugo lo apoyan los que no tenemos oportunidad y quieren tenerla. Confío en él, ojalá no nos defraude'', destacó, mientras hacía flamear una bandera paraguaya con los colores rojo, azul y blanco.
En tanto, la inmediata rival de Lugo, Blanca Ovelar, reconocía la derrota. "Asumimos con dignidad, ya que los resultados a esta altura son irreversibles", dijo.
El largo historial paraguayo de dictaduras (como la de 35 años de Alfredo Stroessner), asonadas e intentos de golpe de Estado motivó la presencia de centenares de observadores internacionales, incluyendo a los de la Organización de los Estados Americanos (OEA).

La tendencia en siete países
En este contexto, todo el Mercosur quedará gobernado por la izquierda, es decir Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, más los países asociados, Chile y Bolivia, así como Venezuela, en proceso de ingreso como miembro pleno.
Lugo, de 56 años, mantuvo en su campaña la promesa de reconciliación y recibió el apoyo de una amplia coalición opositora que incluye a nueve agrupaciones políticas, además de una veintena de grupos sociales, campesinos, indígenas y sindicales.
El ex prelado, anunció en la Navidad de hace dos años que dejaba su estado clerical para volcarse a la política para desbancar al Partido Colorado, lo que le costó la suspensión "a divinis" del Vaticano.
Para varios sectores, incluidos los grandes terratenientes rurales, Lugo es un "peligroso izquierdista" porque no olvidan su trabajo a favor de los pobres en los 11 años que fue obispo de la diócesis de San Pedro, una de las zonas rurales más pobres y conflictivas del país.
No obstante, Lugo ha insistido en su campaña en que gobernará el país con "la ayuda de todos y para todos" incluidos los "colorados", excepto con "la rosca mafiosa", como define a grupos que han copado el poder durante más de seis décadas, a los que responsabiliza de la pobreza y los males del país.
Ahora, Lugo, que asumirá la presidencia el próximo 15 de agosto, tampoco la tendrá fácil en sus cinco años de gestión, ya que heredará un país donde el 42 por ciento de su población vive en la pobreza y la tasa de desempleo llega al 13 por ciento, mientras que 5 de cada 10 paraguayos no saben leer ni escribir.

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